Alicia era rubia, inocente y tímida.
Tenía una idea romántica del matrimonio,
pero cuando se casó con Jordán todo cambió.
Jordán tenía un carácter duro.
Ella lo quería mucho, pero le tenía un poco de miedo.
Y él también la amaba, pero no se lo demostraba.
Alicia y Jordán se habían casado hacía tres meses
y vivían en una casa grande, silenciosa y fría.
Una casa que parecía un palacio deshabitado.
Alicia habría querido un marido más tierno
y una casa más agradable.
Pero decidió no pensar más en sus sueños de niña
y dormir todo el día hasta que su marido llegaba.